Respuesta a la carta que algunos enviaron al Presidente Obama
El que hace esta nota, Angel De Fana, director de Plantados, lleva muchísimos años, quizás más de los que muchos activistas actuales llevan en la oposición, tratando de que el gobierno de Estados Unidos autorice que parte del dinero destinado por ese gobierno para promover la democracia en Cuba, pueda ser enviado dentro de Cuba a los opositores, a los periodistas independientes, etc. Héctor Palacios y muchos otros opositores saben perfectamente que el gobierno de Estados Unidos no ha permitido que ese dinero llegue a Cuba.
Yo también hubiese suscrito la carta enviada al Presidente Obama el 9 de abril del presente año, si su redacción utilizara argumentos válidos y apropiados, en vez de poner en duda la integridad de algunas organizaciones del exilio que reciben apoyo económico del gobierno de Estados Unidos para el programa de promoción de la democracia en nuestro país.
Estimo que es de muy mala intención por parte de quienes redactaron y firmaron esa carta, conociendo como funciona el programa del gobierno de Estados Unidos, haber escrito al Presidente Obama: "Resulta escandaloso y fraudulento que la mayor parte de dichos recursos, que provienen de contribuyentes norteamericanos, salvo honrosas excepciones, se ha gastado o malgastado de manera caprichosa e irresponsable....".
Esas líneas cuestionan la integridad y honradez de quienes en el exilio (y antes lo hicimos en Cuba) hemos dedicado, y seguiremos dedicando, gran parte de nuestra vida en la lucha por la libertad de todos los cubanos. Y lo hemos hecho, y lo seguiremos haciendo, sacrificando nuestra economía personal y la de nuestros familiares, a pesar de la mala opinión que algunos opositores puedan tener de nosotros, y a pesar de las maniobras de agentes de la Seguridad del Estado para tratar de desacreditar a la oposición democrática, de dentro y fuera del país.
Es mi opinión que si quienes redactaron y firmaron esa carta querían señalar que alguna institución o persona había realizado una acción “escandalosa y fraudulenta” con los fondos recibidos, y tenían prueba de ello, debían mencionarla por sus nombres y apellidos. No obstante, ojalá que el actual gobierno, del Presidente Obama, autorice que se envíe directamente a los opositores y activistas dentro de Cuba, todo o la mayor parte del dinero asignado a ese programa.
Las organizaciones que reciben el dinero del gobierno de Estados Unidos dentro del programa para promover la democracia en Cuba, cumplen con lo que establece ese programa. Cuando ocurre una irregularidad, que ha sido en muy pocas ocasiones, la ley les pasa la cuenta. Este es un país donde la ley predomina. Aquí constantemente los auditores de distintas agencias del gobierno se pasan varias semanas al año investigando, revisando papeles, libros y programas computarizados, buscando irregularidades en cada una de las instituciones que reciben dinero del gobierno para el programa de promover la democracia en Cuba. Aquí cada actividad, cada operación, tiene que estar avalada por su correspondiente documentación, de acuerdo a parámetros establecidos por la ley.
Repito, ojalá que el actual gobierno de Estados Unidos autorice el envío de dinero a los opositores, lo cual es nuestro deseo y por lo cual hemos venido haciendo gestiones desde hace mucho tiempo. Quizás, por el contrario, también le haga caso a otro párrafo de la carta, que expresa: “Si el gobierno de los EE.UU. no puede garantizar, en lo adelante, que la ayuda para la promoción de la democracia en Cuba llegue realmente, de manera prioritaria, al principal escenario, es decir, al interior de nuestro país, entonces será mejor retirar esos fondos y emplearlos en otros objetivos”.
En ese caso, el gobierno del Presidente Obama también estaría haciendo caso a los deseos de la dictadura castrista, por lo que ha venido trabajando desde que se inició el programa para la promoción de la democracia en Cuba, utilizando a sus agentes internos y externos, para que se elimine. Porque ese programa permite que se apoye la divulgación de denuncias e informaciones que envían los periodistas independientes; que se lleven a Ginebra y otros foros internacionales las violaciones a los derechos humanos del pueblo cubano; que se organicen eventos internacionales para apoyar a la oposición interna; que se editen libros y otros documentos (entre ellos algunos de presos políticos y opositores que residen en Cuba) que luego se utilizan en las bibliotecas independientes, que se envíen medicamentos y algunos alimentos a compatriotas dentro de la Isla; que se envíen radios y otros medios de comunicación y de apoyo a la labor de los activistas, entre otras muchas cosas, que benefician la lucha por la libertad de Cuba y, en nuestro caso particular, permite la estructura logística para obtener unos $300,000 al año, de contribuciones privadas, de empresarios y trabajadores exiliados cubanos, algunos de los cuales son personas retiradas que envían, cuando pueden, cinco o diez dólares, para que se los hagamos llegar a los familiares de los presos políticos y a algunos opositores democráticos.
Los que dirigimos y trabajamos en nuestra oficina tenemos nombre y apellidos, y nuestra institución no se llama “honrosas excepciones”, que eso es muy vago, que no determina a quienes se refiere. Nuestra organización se llama Plantados hasta la Libertad y la Democracia en Cuba, y tiene cuatro directores que entre ellos cumplieron, plantados, cien años de prisión… cuando nadie escuchaba, ni había, como ahora, programas que permitieran que los familiares de los presos políticos y los luchadores recibieran apoyo económico ni de ningún tipo.
Miami, 20 de abril de 2009
http://www.netforcuba.org
El que hace esta nota, Angel De Fana, director de Plantados, lleva muchísimos años, quizás más de los que muchos activistas actuales llevan en la oposición, tratando de que el gobierno de Estados Unidos autorice que parte del dinero destinado por ese gobierno para promover la democracia en Cuba, pueda ser enviado dentro de Cuba a los opositores, a los periodistas independientes, etc. Héctor Palacios y muchos otros opositores saben perfectamente que el gobierno de Estados Unidos no ha permitido que ese dinero llegue a Cuba.
Yo también hubiese suscrito la carta enviada al Presidente Obama el 9 de abril del presente año, si su redacción utilizara argumentos válidos y apropiados, en vez de poner en duda la integridad de algunas organizaciones del exilio que reciben apoyo económico del gobierno de Estados Unidos para el programa de promoción de la democracia en nuestro país.
Estimo que es de muy mala intención por parte de quienes redactaron y firmaron esa carta, conociendo como funciona el programa del gobierno de Estados Unidos, haber escrito al Presidente Obama: "Resulta escandaloso y fraudulento que la mayor parte de dichos recursos, que provienen de contribuyentes norteamericanos, salvo honrosas excepciones, se ha gastado o malgastado de manera caprichosa e irresponsable....".
Esas líneas cuestionan la integridad y honradez de quienes en el exilio (y antes lo hicimos en Cuba) hemos dedicado, y seguiremos dedicando, gran parte de nuestra vida en la lucha por la libertad de todos los cubanos. Y lo hemos hecho, y lo seguiremos haciendo, sacrificando nuestra economía personal y la de nuestros familiares, a pesar de la mala opinión que algunos opositores puedan tener de nosotros, y a pesar de las maniobras de agentes de la Seguridad del Estado para tratar de desacreditar a la oposición democrática, de dentro y fuera del país.
Es mi opinión que si quienes redactaron y firmaron esa carta querían señalar que alguna institución o persona había realizado una acción “escandalosa y fraudulenta” con los fondos recibidos, y tenían prueba de ello, debían mencionarla por sus nombres y apellidos. No obstante, ojalá que el actual gobierno, del Presidente Obama, autorice que se envíe directamente a los opositores y activistas dentro de Cuba, todo o la mayor parte del dinero asignado a ese programa.
Las organizaciones que reciben el dinero del gobierno de Estados Unidos dentro del programa para promover la democracia en Cuba, cumplen con lo que establece ese programa. Cuando ocurre una irregularidad, que ha sido en muy pocas ocasiones, la ley les pasa la cuenta. Este es un país donde la ley predomina. Aquí constantemente los auditores de distintas agencias del gobierno se pasan varias semanas al año investigando, revisando papeles, libros y programas computarizados, buscando irregularidades en cada una de las instituciones que reciben dinero del gobierno para el programa de promover la democracia en Cuba. Aquí cada actividad, cada operación, tiene que estar avalada por su correspondiente documentación, de acuerdo a parámetros establecidos por la ley.
Repito, ojalá que el actual gobierno de Estados Unidos autorice el envío de dinero a los opositores, lo cual es nuestro deseo y por lo cual hemos venido haciendo gestiones desde hace mucho tiempo. Quizás, por el contrario, también le haga caso a otro párrafo de la carta, que expresa: “Si el gobierno de los EE.UU. no puede garantizar, en lo adelante, que la ayuda para la promoción de la democracia en Cuba llegue realmente, de manera prioritaria, al principal escenario, es decir, al interior de nuestro país, entonces será mejor retirar esos fondos y emplearlos en otros objetivos”.
En ese caso, el gobierno del Presidente Obama también estaría haciendo caso a los deseos de la dictadura castrista, por lo que ha venido trabajando desde que se inició el programa para la promoción de la democracia en Cuba, utilizando a sus agentes internos y externos, para que se elimine. Porque ese programa permite que se apoye la divulgación de denuncias e informaciones que envían los periodistas independientes; que se lleven a Ginebra y otros foros internacionales las violaciones a los derechos humanos del pueblo cubano; que se organicen eventos internacionales para apoyar a la oposición interna; que se editen libros y otros documentos (entre ellos algunos de presos políticos y opositores que residen en Cuba) que luego se utilizan en las bibliotecas independientes, que se envíen medicamentos y algunos alimentos a compatriotas dentro de la Isla; que se envíen radios y otros medios de comunicación y de apoyo a la labor de los activistas, entre otras muchas cosas, que benefician la lucha por la libertad de Cuba y, en nuestro caso particular, permite la estructura logística para obtener unos $300,000 al año, de contribuciones privadas, de empresarios y trabajadores exiliados cubanos, algunos de los cuales son personas retiradas que envían, cuando pueden, cinco o diez dólares, para que se los hagamos llegar a los familiares de los presos políticos y a algunos opositores democráticos.
Los que dirigimos y trabajamos en nuestra oficina tenemos nombre y apellidos, y nuestra institución no se llama “honrosas excepciones”, que eso es muy vago, que no determina a quienes se refiere. Nuestra organización se llama Plantados hasta la Libertad y la Democracia en Cuba, y tiene cuatro directores que entre ellos cumplieron, plantados, cien años de prisión… cuando nadie escuchaba, ni había, como ahora, programas que permitieran que los familiares de los presos políticos y los luchadores recibieran apoyo económico ni de ningún tipo.
Miami, 20 de abril de 2009
http://www.netforcuba.org